Si bien la fecha para el Brexit se ha retrasado hasta el 31 de enero de 2020 (en medio de extensas negociaciones que, a menudo, hacen ver a los euroescépticos británicos como “gatos” indecisos), los puertos neerlandeses se encuentran bastante adelantados para afrontar las grandes disrupciones ocasionadas por la inminente salida, del Reino Unido, de la Unión Europea.
El mencionado retraso, por ende, representa un alivio temporal a un número de procedimientos disruptivos que entrarían en vigor como resultado de un Brexit “duro” (sin acuerdos): la aplicación de procedimientos aduaneros sobre embarques a través del Canal de la Mancha, y retrasos aduaneros para embarques Ro-Ro (vehículos) –parte importante del comercio internacional entre Gran Bretaña y el continente–, entre otros.
Trabajando de manera adelantada a la fecha límite original del 31 de octubre, diversas entidades neerlandesas relacionadas a la industria de carga (Aduana Neerlandesa, la Autoridad del Puerto de Róterdam, la Autoridad del Puerto de Ámsterdam) y municipios locales, han unido esfuerzos para minimizar los retrasos ocasionados por la congestión, especialmente en las terminales de Róterdam y Vlaardingen.
El plan de contingencia requiere que los exportadores e importadores registren sus cargas en línea, en el portal PortBase, una vez lo hayan hecho con la Aduana Neerlandesa (Dutch Customs). La medida fue establecida para dar a los operadores portuarios transparencia con respecto a la celeridad de los procesos requeridos.
Sin la correcta notificación previa en PortBase, los camioneros no podrán entrar o salir de las terminales antes mencionadas, reduciendo, por ende, la congestión en tierra. A fin de evitar este problema, los camioneros pueden revisar en línea para asegurarse de que la terminal posea toda la información que necesite antes de su llegada.